sábado, 30 de marzo de 2013

Reflexiones...

Cuántas vueltas da la vida...
Hace tan sólo unos meses pensaba en una persona, tenía una idea errónea de lo que sentía y no me daba cuenta de que todo eso me estaba dañando más de lo que pensaba.
¿Qué hace la diferencia entre querer y amar? ¿Cuándo se da uno cuenta de que está enamorado?
No podía esperar que algo funcionara si no estaba haciendo lo correcto. Caí en el grave error de permitir que todo se perdiera de control. Pero no me fijaba en lo que realmente me estaba atando a esa ilusión. Pensé que era amor, pero al final solo era dolor.
Me di cuenta de que por mucho tiempo lo quise, en verdad me ilusioné con la idea de que algún día podría verlo sin problema, que afrontaríamos las consecuencias juntos, pero ¡oh sorpresa! cada día me sentía más sola. Me estaba apartando de las personas que me quieren, de quienes me han cuidado toda la vida, mi familia.
Creo que desde el principio supe que estaba mal lo que hacía. No me atrevía a enfrentar lo que viniera porque no sentía esa confianza de decir "yo lo quiero y lucharé por el"
Por alguna razón cada vez que lo veía me sentía mal, por una parte me alegraba verlo, saber que estaba bien, compartir algún momento juntos. Pero cuando todo eso acababa y regresaba a la realidad solamente podía sentir vergüenza al ver a mi madre que cada vez confiaba menos en mi y me reclamaba confianza que nunca le pude tener.
Después, cuando los problemas crecieron entre nosotros. ¿Por qué me quedaba a su lado? aún sabiendo que no me sentía bien, que no podía sentir confianza de lo que hacía. Tener el temor de que en cualquier momento me enteraría de algo más, algo que me doliera y de nuevo tener que ocultar dolor en un mundo de apariencias, donde fingía sentirme bien y sonreír para no causar problemas.
Me convertí en una mentira de mi misma, y esto es porque me hacía la idea de que el "amor" que nos unía sería más grande que todos estos problemas. Esa idea me hacía sentir bien por un momento.
Por alguna razón no dejé que mi fe fuera la que me guiara. Quizá porque en el fondo sabía que pedirle a Dios que me permitiera estar a su lado sería un error, nuestros caminos nunca estuvieron unidos, sólo se encontraron en un punto específico en el que él me cambió y supongo, también lo cambió a él.
¿Qué era lo que en realidad alimentaba con sus palabras, mi corazón o mi ilusión?
Recuerdo que tenía una manera particular al decirme las cosas que me hacían sentir emociones fuertes. Creo que conocía bastante bien mi sentir para encontrar la manera de envolverme con sus palabras. Pero qué sucedía después... cuando debía consumarse, por qué sentía un gran vacío y un sentimiento de culpabilidad en mi.
Ahora me doy cuenta de que dediqué mucho tiempo a expresar mi dolor por lo que pasaba, en vez de recordar momentos buenos que sucedieron.
Una vez un amigo me dijo "en el amor tendrás momentos buenos, pero pasarás la mayor parte del tiempo sufriendo... " por un momento me sentí identificada. Pero ahora, después de todo lo que ha pasado y sobre todo por lo que ahora acontece puedo decir que no es así.
Un verdadero amor no te sumerge en una tormenta de agonía por mera costumbre o como si fuera algo obligatorio. El amor te hace sentir vivo, fuerte, capaz de hacer lo que sea por la persona amada. Habrá obstáculos, pero no debe ser un martirio, una pesadilla.
El amor no te lleva a hacer cosas malas, ni mucho menos te obliga a hacer algo que no quieres. No te hace sentir culpable porque sabes que el esfuerzo que hagas valdrá la pena.
Me preguntan si estoy enamorada... Sí, lo estoy. Y es por eso que puedo hablar de esta manera, no con la intención de comparar a dos personas que sé que son completamente diferentes. Sino para esclarecer mi mente y mi corazón que han pasado por ideas, momentos y sentimientos que me han confundido, pero que ahora, después de todo este tiempo tengo presentes y me siento capaz de verlo no como recuerdos dolorosos, sino como experiencias que me llevaron hasta este punto y me ayudan a valorar lo que ahora tengo...

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