Es fácil idealizar un bello amor, una historia que no tenga un final, una vida llena de felicidad. Pero ¿qué sucede cuando abres los ojos a lo que no querías ver?
Puede ser que te decepciones, quizá llores, tal vez pienses lo peor, pero hay una parte dentro de ti que sigue diciéndote algo, como si en el fondo estuvieras consciente de que hay algo más, algo que no sabes y simplemente no te has fijado lo suficiente como para percatarte de aquello que rara vez logras vislumbrar.
¿Cómo volver a confiar? ¿cómo creer igual a como lo hacíamos antes?
¿En dónde quedó la disposición de mejorar la situación sin importar lo que haya sucedido?
¿Dónde están las palabras del ayer que hacían elevar los sentimientos a la más alta nube?
¿En qué lugar escondiste aquellos sueños que solíamos tener?
Dime en qué lugar dejaste nuestros recuerdos juntos, escasos, pero al final recuerdos...
Dime en qué momento todo cambió...
Cada pareja tiene su propia historia, en ocasiones es aquella llena de dulzura que parece irreal, en otras es fría, como si la intensidad se hubiera desvanecido con el tiempo; por otro lado están aquellas conflictivas, pero al final felices de estar juntos, o aquellas en las que hay oposiciones para estar juntos... de éstas y otras más que no mencionaré pueden tomarse ciertas características de cómo fue la nuestra.
Hace casi un año y medio que todo comenzó, hoy no quiero que termine, pero tampoco se cómo continuar.
Ayúdame a sanar, a curar mis heridas, a olvidar, a soñar como antes, a confiar...
Dime qué es lo que debo hacer, dime qué es lo que quieres de mi, qué esperas que haga, o diga.
Ven y demuéstrame que aún hay esperanza, que viviremos hoy nuestro presente y que habrá un mañana juntos.
Hazlo y tendrás un corazón completamente tuyo. De no hacerlo entonces déjame sola con mi pena, devuélveme cada pedazo de mi corazón y sigue tu camino...
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