Hace tan sólo unos momentos volvimos a hablar...
Fue una enorme sorpresa, realmente nunca me lo hubiera esperado, pero era real.
Llamó a mi casa, después de éste tiempo que hemos sabido nada uno del otro, después de pensar tantas cosas sin llegar a nada concreto aún.
La sorpresa, la emoción, el nerviosismo, el miedo no se apartan de mi, pero ya no quiero seguir escondiendo lo que siento, ya no quiero volver a cometer los mismo errores, ni quiero causarle daño a el o a mi familia.
No quiero terminar sufriendo de nuevo.
Una segunda oportunidad, eso es lo que está en puerta, pero mi pregunta ahora es para quién es la oportunidad...
Será para él de mi parte, o soy yo la que tiene que pedir esa oportunidad a mis padres para que ésta vez confíen en mi, en nosotros. Que me permitan verlo, conocerlo más.
Hablando con mi madre intento mantener la situación bajo control, quiero que me tenga confianza, que me permita demostrarle que no todo es como ella lo piensa.
Para ella sigue siendo la edad un obstáculo muy grande, para mi nunca lo ha sido, no del todo, pero cómo demostrarle lo que siento, cómo hacerle entender la manera en que yo veo la vida, muy diferente a la que ella tiene, quizá no sea la mejor, pero estoy conciente de que no será fácil, de inicio permitirme a mi misma confiar de nuevo en él.
Para esa oportunidad primero debo curar mis heridas, necesito renovar mis sentimientos y la confianza que antes le tenía, aquella que poco a poco se fue perdiendo...
Una vez más tengo mucho en qué pensar y no quiero tener problemas con nadie, no quiero volver a equivocarme ni causar más dolor del que ya se ha hecho...
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