Días de verano...

Han pasado tres semanas de que empezó el curso, cada día ha sido una oportunidad de hacer nuevos amigos, divertirse y sobretodo despejar un poco la mente.
Ahora solo me queda una semana y espero que sea tan buena o quizá mejor que las anteriores.
Ayer nos avisaron que habrá una demostración el miércoles. Al parecer debemos participar pues nos citaron a las 10 en la alberca universitaria.
Con tanto sol todos estamos algo quemados y bueno, creo que la diversión y todo lo que hacemos lo compensa.
Estas vacaciones han sido realmente maravillosas, tal y como esperaba que fueran, mucho mejores de las que he tenido en años y todo gracias a varios aspectos que han venido sucediendo.
Por una parte, entrar al curso de verano me ha ayudado mucho tanto física como sentimentalmente, ya que al ir despejo mucho mi mente de pensamientos que quizá solo me han hecho daño, mantenerme ocupada en algo que me gusta es algo satisfactorio para mi y el tiempo se me ha ido volando desde que todo esto empezó.
Por otro lado ahora tengo un gemelito al cual quiero muchísimo, me asombra la rapidez con la que le he tomado cariño, supongo que es por el tiempo que pasamos hablando de tantas cosas y con todo esto descubrir que tenemos casi los mismos gustos.
No solo por las cuantiosas coincidencias entre nosotros sino por el apoyo que he recibido de su parte y realmente doy gracias a Dios por haberme permitido conocerlo y ahora tener su amistad...
Ahora, tal y como se lo mencioné, tiene un lugar especial es mi corazón y en verdad lo extrañaré cuando regrese al seminario.
Siempre podrá contar conmigo, aunque sean las tres o las cinco de la mañana, juntamos nuestro insomnio y ahí platicamos, pues al parecer  no alcanza la tarde-noche que tenemos en nuestras pláticas. Ojalá que siempre sea así y no solo por este verano ya que, ahora es una persona importante para mi y valoro mucho la amistad que ahora tenemos...